¡¡Gracias por entrar!! Ya que estás aquí, ¿por qué no le echas un vistazo y me comentas qué te parece mi mundo?

jueves, 3 de agosto de 2017

La fuerza del militar.



“No soy nada sin tu sonrisa.  Me desarmo sin ella, pero también lo hago si me sonríes.  ¿Qué contradicción,  no? 
Pero oye,  sonríeme,  enséñame lo preciosa que eres.  Prefiero desarmarme y admirarte,  a desarmarme y no tenerte.” 
Soy un militar que ha pasado por horrorosas misiones;  parezco fuerte,  muy fuerte. Tanto psíquica como físicamente. Pero déjame decirte que sin ella a mi lado, no soy nada. Bueno, quizá sí, posiblemente un niño pequeño que se despierta sobresaltado por las pesadillas que le atormentan de noche.  Pesadillas que no son ficticias, pesadillas que son recuerdos: balas volando en el aire cual halcón peregrino; enemigos muertos, compañeros muertos; últimas miradas ; sangre por todas partes, tormentas chocando contra el mar embravecido, sensación de quedarte sin aire al no poder salir de él ; explosiones, haciendo que saltes por los aires para luego caer contra el suelo, fuertemente ; dolor en todo el cuerpo; pitidos tremendamente molestosos en los oídos a la vez que escuchas cómo se debilita los latidos de tu corazón. 
Puedo afrontar balas directas hacia mí. Ya lo dije una vez "una bala no me para.  No, si sé que ella me está esperando." 
Puedo enfrentarme a todo tipo de bombas, todas las que quieran lanzarme.  Pero que esté ella cuando llegue a casa, porque ella es quien me hace fuerte.
Que me inunden las pesadillas pero, por favor, cuando me despierte envuelto en sudor, con la respiración agitada y revise toda la habitación buscando peligro,  que esté ella a mi lado. Y que sonría.  Que sonría porque su sonrisa es luz en mi oscuridad.



*NOTA: Relato presentado a concurso y premiado en tercer lugar.