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martes, 9 de octubre de 2012

¿Los sueños se hacen realidad? Capítulo 25.

-Hola, ¿está Daniel?- le preguntó Annie a mi madre, que estaba trapicheando en la cocina.
-Sí, está donde siempre con la hermana. No sé lo que tienen ahí que se pasan el día entero.
Annie sonrió:
-Vale, voy para allá.
Se dirigió hacia debajo de la terraza, la zona de la piscina.
-Hola, ¿puedo pasar a vuestro sitio privado?
-Eeh, hola. Pues claro que sí, estás invitada-se dedicaron una sonrisa y se dieron un beso.
Luego me saludó a mí.
-Bueno, me voy para dentro, os dejo a solas.
Annie se sentó a la vera de él. Daniel le tocó el brazo izquierdo. Rápidamente Annie quitó el brazo. En su cara se reflejaba dolor.
Daniel se quedó extrañado.
En un acto reflejo le cogió el brazo con delicadeza y le remangó. Observó que tenía un moratón bastante grande, como si alguien le hubiera cogido demasiado fuerte.
-Annie, mírame, por favor-como no lo hacía le cogió de la barbilla y le obligó a mirarle, la miró a los ojos y le cuestionó: ¿Quién te ha hecho esto?
Tomó aire y se decidió a contestar:
-Te lo digo si después no vas en busca de él.
Mi hermano tragó saliva, respiró hondo y, aunque ya se imaginaba quién había sido, contestó:
-De acuerdo.
-Moisés.- musitó.
Daniel maldijo por lo bajo. Volvió a respirar hondo.
-Espera aquí, voy a por hielo para que se te baje la inflamación.
-No hace falta.
-¡Shuu! Sí hace falta.
Annie estaba inquieta, mirando para todos los lados.
-¿Puedo ir contigo?
Parecía asustada.
-Por supuesto, ven.
Antes de entrar en la casa, Daniel la abrazó con cuidado vaya que le hiciera daño donde tenía el moratón. Notó que estaba temblando y confirmó que estaba asustada.
Cogieron el hielo y regresaron a la terraza.
Se sentaron. Annie apoyó su cabeza en el pecho de Daniel. Éste le pasó su mano izquierda por los hombros mientras que con la mano derecha sujetaba la bolsa de hielo y se la colocaba en el moratón.
De vez en cuando, Daniel, con la mano izquierda acariciaba el pelo o el hombro de Annie.
Se quedaron así un momento. Annie sintiéndose protegida y amada. Daniel, pensando que cada día la quería más y que si le pasara algo, no sabría lo que hacer.

Al cabo de un rato:
-Bueno, me voy ya.
-Te llevo a tu casa- se ofreció Daniel- no quiero que te encuentres sola si te tropiezas con Moisés, y más de noche- añadió cogiendo las llaves del coche.
Por sorpresa de Daniel, Annie aceptó.

3 comentarios:

  1. ¡Uyuyuyuyuy! ¡Pero que romántica que eres!O tú eres romántica o es Daniel eh jajajaja ;)
    Tía, ¿tú sabes el coraje que da cuando quieres agachar la cabeza, te cogen de la barbilla y te la levantan?... ¡Que coraje Dios!... Lo sé por experiencia -.-' ... Pero en verdad, estuvo bien esa experiencia jijiji :P
    QueLaQuieroMuchoBonita(L)

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    Respuestas
    1. jajajajaja los dos un poco..jaja ;)
      jajajaja pues no, no lo se.
      jaja te gusto no?? ajaja
      Te quiero un monton peazo Loca! que todos los desesperados van para ti (o casi todos)

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    2. Jajaja un poco de todo, ¿no? Jaja ;)
      Si te digo la verdad... Sii :$
      Y yoo a ti mi Bonita!
      Vale, ya sé que todos o casi todos los desesperado vienen detrás mía, pero noveas. Eso me ha hecho gracia y a la vez me ha hundido y deprimido eh jajajajaja

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